sábado, 9 de julio de 2011

PARA TRANQUILIDAD


"Dame tu Paz, Señor. Esa Paz que escapa a toda comprensión de la mente humana. Aunque bramen las aguas, aunque el rayo aterrador hienda los espacios incendiándolos; aunque los montes se conmuevan y salten sobre sus bases, sepa yo conservar mi serenidad, sabiendo que TÚ ESTAS CONMIGO y que ¡ DONDE TÚ ESTAS NADA MALO PUEDE SUCEDERME ! Me cobijo bajo tus alas, sé que ahí siempre estaré segura/o. Gracias, Padre que ya me oíste y que siempre me oyes".

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